Lasal del Varador se ha construido siguiendo los preceptos de la arquitectura bioclimática. Así, reducimos y optimizamos la cantidad de energía necesaria para desarrollar nuestra actividad. Con un uso más eficiente de los recursos, logramos una actividad más respetuosa con el medioambiente y un ahorro importante en los costes.
La construcción dispone de ventilación natural cruzada entre las dos fachadas, lo cual facilita una circulación eficiente del aire. La orientación sudeste permite aprovechar al máximo la energía solar en invierno y los voladizos móviles ofrecen sombra en verano.
En verano, evitamos los aparatos de aire acondicionado porque el doble techo con cámara ventilada permite tener temperaturas más frescas en el interior. Contamos con doble cristal y cierres de aluminio con ruptura de puente térmico que garantizan un óptimo aislamiento térmico.
Los inodoros disponen de un doble sistema de pulsación de 6 o 9 litros por descarga.
Al construir La Sal, hemos buscado la mejor relación entre ecología y durabilidad. La elección ha sido la más sostenible y, aunque no todos los materiales son ecológicos, ha primado alargar al máximo la vida de los materiales, dado que están expuestos a una alta salinidad del aire. Las plantas del exterior actúan como elemento de control térmico: en verano actúan como barrera de la radiación solar lateral y refrescan y oxigenan el ambiente.